En 1962, cuando la bella capital de los ecuatorianos El Romántico Quito, se aprestaba a celebrar un nuevo año de su natalicio español, surgían en el horizonte de los Andes Víctor Hugo y Alfredo Villamar, dos voces, que con el permiso del Creador se habían ubicado en tierra ecuatoriana.

 

Aquellas voces frescas, que el tiempo y los aplausos fueran madurando fueran tallando, hasta convertirlas en fieles exponentes de los ritmos autóctonos que identifican nuestra orgullosa nacionalidad.

 

Dueto, con aquel estilo lleno de puro sentimiento, creadores de un época y grandes éxitos, que con el paso del tiempo se consolida y se meten en el corazón del pueblo.

 

Pese a ello así lo hicieron. Como los hermanos Villamar emprendieron una carrera musical, con la que hace poco festejaron 50 años, tiempo que ellos definen como los mejores que han vivido.

 

Hoy, ese camino que decidieron recorrer les ha permitido compartir escenario con artistas de la talla de Sandro, El Greco, Leo Dan, Piero, Angélica María, Enrique Guzmán, etc.

 

Desde entonces el dúo, que en su infancia interpretaba cánticos religiosos, empezó a cobrar popularidad, pero no solo en la Sierra sino también en la Costa con sus temas ‘Avecilla’, ‘Faltándome tú’, ‘Cruel destino’ y otros.